Es increíble como una gran roca blanca (por así llamarla) se va desmoronando a causa de nuestro completo abuso, como fieles y detestables monstruos consumidores. Poco a poco y de verdad muy poco hemos echo realmente por la Pachamama. Somo capaces de llevar nuestro capricho a extremos bastante alarmantes. Encerramos a aves, peces, animales de cualquier especia solo por satisfacer nuestro capricho de decir o sentir: "esto es mio".
El imponente blanco, referente al hielo que esta en nuestro planeta de polo a polo; que juega con el contraste de azules, es él la inocente victima, el que paga las consecuencia de toda nuestra ignorancia colectiva, por creer en un mundo totalmente competitivo, consumidor y que explota los recursos y la materia prima a velocidades extremas que la Pachamama tarda en recuperar, es un mundo "mejor".
La contaminación en las pequeñas ciudades o grandes urbes cosmopolita que en un futuro próximo tenemos que aceptar que la basura es parte de un "bello" paisaje absurdo, bizarro y hasta abstracto. Todo es felicidad limitada, estrés y sexo en las caras de los ciudadanos de a pie y no es para nada cuestionable o criticable porque pues... es el modelo que hemos seguido por años para poder sobrevivir y dar pasos a la evolución. No lo vemos a través de la ventana cuando amanece pero si podemos sentir los drásticos cambio del clima, camina un largo rato por la cuidad y ve como las pocas plantaciones de arboles y arbustos sobrevive, ni aves ni mariposas logras ver a tu alrededor. El aire puro pelea y lucha por darse un espacio entre tanto smog, es alarmante y ya no hay vuelta atrás, el blanco va muriendo poco a poco.
Aquella imponente y majestuosa roca blanca con tantos contraste con un ambiente frío pero que al verlo produce el cautivante calor de que la naturaleza es maravillosa, es también la victima que no puede gritar su dolor y su agonía, solo oye los silencios que trae consigo el viento contaminado y el splash que se produce cuando se va desmoronando y caen sus pedazos al mar, ese sonido ensordece asusta a todo los que estamos conscientes de la muerte de este imponente señor blanco, sus consecuencia en su deterioro son bastante fijas y determinadas por los más conocedores de la materia pero las pocas esperanzas que tienen ellos y que en nosotros son muchas, aunque su sangre azul a muchos ahogue la fe no esta perdida lo poco que estamos haciendo, se debe seguir haciendo la Pachamama necesita pensamientos conscientes todo necesitamos de eso aunque la realidad nos atropelle. Sus habitantes del reino animal de este señor son los perjudicados en todo lo que pasa y él muy pronto sera parte del H2O salado.
Nadie pensó que esto llegara a pasar, el ser humano es un vil que a costa de lo que sea y como sea quiere sobrevivir, pero todos estamos incluidos en esta culpa, no es tan solo vivir y sentir que algún día esto se detenga y volvamos a disfrutar de todo lo que la Pachamama nos regala día a día y nos deja tan impresionados porque nosotros solo somos caminantes pasajeros.
Dabo Osorio