jueves, 6 de octubre de 2016

En conclusión.

Tarareo tu nombre completo,
tarareo tu edad,
tarareo tus defectos,
tarareo tus disgustos,
tarareo tus peores frases,
y tus peores chistes...
(idealizando mis gustos,
mis ganas y mis secretos).

Creo que me acostumbre 
a disfrutar cada sonrisa desde la distancia
y no tengo la suerte
de verla siempre cerca
y no tengo la suerte
de mirar tus frágiles dedos
(aunque nunca serán frágiles).

Aquel sueño azul
en donde de espaldas 

en silencio
disfrutábamos de nuestra respiración
del fuego que produce estar vivo,
vivo y entrelazado contigo,
(pero era un sueño)
desperté en agridulce sensación.

Muriendo y renaciendo
cada dos minutos,
febril  y etéreo
sentimiento de sentirme bien cuando tú estás bien,
y trato de levantar mi mentón
tratando de tragar todo el aire posible,
tratando de no vomitar en suelo,
tratando de no tener razones 
para superarte,
porque quiero mantener 
las ilusiones...
Porque no creo en el poder de mi mente,
porque prefiero que mi mente mantenga el juego
de hacerme entre mañosas mentes.

Ratas se esconden 
dentro de mis pantalones,
(subieron desde la basura que pisé,
cuando no sabía que hacer con tanto que sentí, 
cuando te vi por primera vez)
éstas son las razones que me das
para que deje todo;
ratas mordiendo y enfermando
todos mis pensamientos
(ahora me atacan)
muerden mis piernas
y la sangre está espesa
muy espesa... Es la sorpresiva necesidad
de dejarte ir.

Sin poder caminar 
salgo corriendo 
hacia atrás, hacia adelante...
Curo mis heridas

estando consciente de todo,
aplaudo tus actos
mereces sonreír,
merezco que cualquier Dios
entienda lo agridulce del sentir,
entienda el miedo del sentir,

a lo mejor yo me quede observándote
una vez al mes
pero estoy determinando
a continuar
en contradicciones pero debo
continuar.