Estamos atrapados en el tiempo,
el tiempo nos guía
y en sus apuros yo soy uno más
pero
para encontrar la guía del tiempo
debo caminar,
debo mirar detalles,
obstinarme por el calor y por la sed
pero incluso así,
caminando
encuentro la fuerza
y el ímpetu anclado dentro de mí.
No puedo ser narcisista,
no hablo de mi a menudo…
Creo que prefiero seguir en la esquina oscura
esperando salir de último
…
Justo unos minutos antes
pequeños destellos de luz como luciérnagas
advierten de un amor naciente, vivaz
por ahí
por allá
por acá
pero esas luciérnagas desaparecen
cuando buscas.
Busco tanto que mis manos
ya no tienen la fuerza
para seguir detallando, describiendo
los rostros,
las miradas y sus ojos multicolores
y sus pieles quemadas al sol,
los labios, las sonrisas…
Mis ojos siguen abiertos
enfocados con ilusión de una escultura griega.
Algún día cerraré mis ojos
para ver el sentimiento latiendo fuerte
en cada uno de nosotros
sin que en mí alguien lo encuentre.
Los cierro y los vuelvo abrir,
no hay que estar ciegos,
no hay que ilusionarse…
Con mi corazón roto y salado,
tú no me vas a ver arder,
ni mucho menos caer.
No me creo capaz
pero
soy fuerte a pesar de las necias tristezas
sin que sea estupidez
aún añoro ver a las luciérnagas,
esas pequeñas luces de amor.
He sido ignorado por el karma
he sido valiente para aguantar la agonía del
dolor
cuando tus huesos se han roto
he sido amigo y confidente magistralmente
he estado y aunque lejano ahora, sigo estando
para ti…
He tenido pena
por mis 20, mis 25
y 27
y llegando a esta edad
cambio las perspectivas,
empujado por la necedad avanzando lento.
No creo que la pasión me toque el pecho en una
noche
a veces vienen la ansiedad y en mi pecho sí que
da rebotes…
Puedes reír,
riámonos
pero algo te aseguro
tu no me vas a ver arder, ni mucho menos caer…
No caeré enamorado al vacío otra vez
no arderé en una pasión confusa
calmada con el empuje de mi mano derecha.
Ahora estoy fuerte
y sí, puedo soltar una lágrima
si la melodía en canciones
juntan engranajes dentro de mí…
No arderé perdiendo el control
ni mucho menos caeré perdiendo mis pedazos.
Estamos acostumbrados al orgullo,
sin decir
porque preferimos callar
sin sentir
porque preferimos olvidar
y en tranquilidad estar,
sin pedir
y sin aprender…
Con mi fuerza estabilizo
la locura fuera del mundo, estoy bien en mi
burbuja,
por hoy no me afecta nada.
Yendo por aquí,
por allá
por acá
van esas pequeñas luces de amor…
Llegué tarde a su búsqueda
o
tal vez me perdí en la guía del tiempo
recogiendo y armando mis pedazos.