Me
apetecen unas palabras,
me apetece dejarte inmortal aquí
porque allá aún estoy ausente
a pocas horas del final obvio de este viejo año,
con la mente manejando al corazón y al cuerpo
tres parte de mí están ajustándose a ti
y no me apetece quererte
porque ya te quiero
porque conjugo lo real y lo presente y lo futuro.
Aún
hay nervios calambrosos
y el miedo de la aventura nueva a embarcar
permanecen sin euforia,
aún hay incredulidad,
pero poca,
aún hay curiosidad por ti…
¿Cuáles son tus secretos?
¿Cuáles son tus angustias?
¿Cuáles son tus pensamientos lujuriosos que quieres liberar?
¿De qué te quieres liberar?
Quiero asombrarme de tus tratos y tus formas sin espantarme.
Muéstrame
algo más que tu piel y tus pedazos pálidos
o aquel dedo extraño que dices tener en tus pies,
muéstrame tus grandes anhelos o no me muestres nada
por respeto a ti
y yo sigo mostrando mi yo curioso
muy atento mientras tanto cada tanto
yo comparo
mis tonterías con tus logros,
tus deseos con mi incapacidad,
mis feas posturas con tus pasiones,
tus hermosas manos con las mías algo insípidas,
tu gran sonrisa y mis dos dientes relucientes,
aunque me río… Sí, me río
porque no hay superioridad ni inferioridad;
estamos presentes con mis vergüenzas y tus puntos fuertes.
Llegué
de golpe dos veces,
en dos instantes significantes
sin esperar,
sin desespero,
llegué y estuviste
no sé cómo
no sé si es cierto
pero sé que con todas su letras
eres lucha,
eres pasión,
eres tranquilidad,
me sorprendo de ti e incrédulo me sostengo.
me apetece dejarte inmortal aquí
porque allá aún estoy ausente
a pocas horas del final obvio de este viejo año,
con la mente manejando al corazón y al cuerpo
tres parte de mí están ajustándose a ti
y no me apetece quererte
porque ya te quiero
porque conjugo lo real y lo presente y lo futuro.
y el miedo de la aventura nueva a embarcar
permanecen sin euforia,
aún hay incredulidad,
pero poca,
aún hay curiosidad por ti…
¿Cuáles son tus secretos?
¿Cuáles son tus angustias?
¿Cuáles son tus pensamientos lujuriosos que quieres liberar?
¿De qué te quieres liberar?
Quiero asombrarme de tus tratos y tus formas sin espantarme.
o aquel dedo extraño que dices tener en tus pies,
muéstrame tus grandes anhelos o no me muestres nada
por respeto a ti
y yo sigo mostrando mi yo curioso
muy atento mientras tanto cada tanto
yo comparo
mis tonterías con tus logros,
tus deseos con mi incapacidad,
mis feas posturas con tus pasiones,
tus hermosas manos con las mías algo insípidas,
tu gran sonrisa y mis dos dientes relucientes,
aunque me río… Sí, me río
porque no hay superioridad ni inferioridad;
estamos presentes con mis vergüenzas y tus puntos fuertes.
en dos instantes significantes
sin esperar,
sin desespero,
llegué y estuviste
no sé cómo
no sé si es cierto
pero sé que con todas su letras
eres lucha,
eres pasión,
eres tranquilidad,
me sorprendo de ti e incrédulo me sostengo.
Tus largas piernas hacen agua mi boca
y es ahí donde quiero acabar… Acabar con mis besos
solo si quieres de mí mis besos ahí.
Me
sorprendo de tu mirada
pues en mí la inseguridad destaca la repetida incredulidad,
aunque mis ojos se distraen con tu humanidad honesta,
desnuda y vulnerable… Y las madrugadas nos sinceran
mientras en la lejanía nos deseamos con cada suspiro roto
y es que en las madrugadas
surge lo espontaneo,
surgen explosiones a veces silenciosas a veces fuertes,
surge aquella apatía típica del sueño,
surge la misma historia
de aquel indefenso soñador insaciable curioso
con justa medida, con justa verborrea
con mi madrugada como refugio
y
tu madrugada como alcahueta.
Llegué
a ti dos veces, lo repito,
lo intensifico
y tuve la fortuna (creo)
en que estuviste ahí sin miramientos
con todo en contra pero en gratitud del destino sorpresivo.
No
soy la carne magra que tienes costumbre en comer,
no estoy a tu altura
porque perdí mi altura para poder reírme de mí
y de mí ya tienes todos mis pensamientos
y de mis débiles brazos, espera fuertes abrazos
porque queda futuro
porque queda destruir el mito
porque queda la madrugada cómplice y paciente del tiempo presente
con tu voz altiva y sonora jugando
con lo castroso de mis tímidos vocablos.
La
melancolía solo la demuestro
al apagar las luces bien tarde
y tú en el quinto sueño reconfortante
y aunque un ojo mío llore
no es tristeza, es el golpe de una polilla nocturna
que no sobran en mi espacio.
Te
tengo con las gracias y con el testigo que quieras poner
con mis insuficientes gestos de cariño
pero con mi tiempo en mis manos,
sin saber si tus brazos puedan,
sin saber si tus brazos quieran
un poco de mí
pero sonríe,
que mis pequeños ojos necios
se iluminan al verte así
detallando aquella arruga coqueta
en la comisura izquierda
de tu boca, de tu bemba roja
detallando en la madrugada.
pues en mí la inseguridad destaca la repetida incredulidad,
aunque mis ojos se distraen con tu humanidad honesta,
desnuda y vulnerable… Y las madrugadas nos sinceran
mientras en la lejanía nos deseamos con cada suspiro roto
y es que en las madrugadas
surge lo espontaneo,
surgen explosiones a veces silenciosas a veces fuertes,
surge aquella apatía típica del sueño,
surge la misma historia
de aquel indefenso soñador insaciable curioso
con justa medida, con justa verborrea
con mi madrugada como refugio
y
tu madrugada como alcahueta.
lo intensifico
y tuve la fortuna (creo)
en que estuviste ahí sin miramientos
con todo en contra pero en gratitud del destino sorpresivo.
no estoy a tu altura
porque perdí mi altura para poder reírme de mí
y de mí ya tienes todos mis pensamientos
y de mis débiles brazos, espera fuertes abrazos
porque queda futuro
porque queda destruir el mito
porque queda la madrugada cómplice y paciente del tiempo presente
con tu voz altiva y sonora jugando
con lo castroso de mis tímidos vocablos.
al apagar las luces bien tarde
y tú en el quinto sueño reconfortante
y aunque un ojo mío llore
no es tristeza, es el golpe de una polilla nocturna
que no sobran en mi espacio.
con mis insuficientes gestos de cariño
pero con mi tiempo en mis manos,
sin saber si tus brazos puedan,
sin saber si tus brazos quieran
un poco de mí
pero sonríe,
que mis pequeños ojos necios
se iluminan al verte así
detallando aquella arruga coqueta
en la comisura izquierda
de tu boca, de tu bemba roja
detallando en la madrugada.