Divertida sensación en la cual tienes ese pequeño miedo que te produce una buena ficción en la tv, las cosas que lees a diario como si fueras hechos ciertos de seres humanos que quieren tener el don de la magia para su propio beneficio por medio de la mentira. A lo mejor las cosas que creemos que están bien, así lo son porque lo creemos por medio de la convicción y los valores infundados en la familia.
El perdido niño interior sigue habitando dentro de mi, es quizás el protector mas fiel a todos mis sentimientos y el que me encamina alejando cualquier error posible, también desaparece cuando las hormonas dicen que es el momento oportuno de actuar. Mirando las hojas caer entre las casas de mis vecinos, la brisa me empuja anunciando su atardecer; de repente una mirada fija se esconde entre las ventanas. Es aquella vecina que se mueva en las mañanas al va y ven de una buena tamborada que usualmente se debería presenciar en la noche, pero por lo estricto de sus padres ella prefiera tener las mejores energías del sol. Siempre la observo y el café se me enfría, siempre la detallo y mi mente se ilumina dejando el espacio adecuado para correr hacia donde esta el gran reloj que casi siempre llego tarde.
Prestando mucha atención en las caras largas de todos los transeúntes me fijo siempre en su comportamiento cuando caminan ya que su sombra de amargura y de amor por el dinero pesa más que el amor por la vida y eso es notorio en ellos. El calor se imponen en una cuidad metida en medio de las montañas a eso de las diez de la mañana cuando el hambre ataca de nuevo. Cambiar las cosas en cada uno de los habitantes del planeta tierra es una cosa de locos si se piensa bien, es más, es una cuestión absurda para todo aquel que en sus sueños mas loco lo pensó; de la mentira se aprende aunque tu no lo creas conveniente. Leer es la forma clara de poner tu cerebro en constante ejercicios y es la manera de probar si lo que crees es realmente sustentable, de hecho es así. Si invento estos párrafos es porque hablo con mi niño interno e invento una que otra cosa que se me ocurra en mi cerebro, es así como funciona la imaginación y no la mentira; la mentira solamente se puede aprovechar cuando se usa del otro lado del humano para beneficios, ocultando algo que el infanta siente propio y personal o para un vil y corrupto sueño de poder y de manipular a todo aquel que no sea consciente en las intenciones tomadas por los demás como un veneno sin saberlo.
De mi conciencia tengo un claro repertorio para hacer respetar y respetarte tus opiniones. Es así como la bomba no explota porque yo no tengo el detonante de la misma, es así como estando claros en que el cielo oscurece de ves en cuando debo indagar en que si me mojo en la lluvia, cae tus recuerdos a flor de piel o tal vez alguna gripe segura. Bomba estallando cuando tus ojos miran las mentiras de todos los lugareños al quererte imponer lo que para ellos esta bien, un sentimiento marchito.
Lo único que supera tus miedo pero, ya va, ¿Cuales miedos?, si el único que genera ese miedo en ti eres tu mismo. Soy yo el que me enfrento con mis laberinto internos y guardo en cada compuerta de mi vida recuerdos, vivencias, sentimientos, todo lo leído y lo que me falta por leer, todas las mentiras del mundo y todos las supuestas verdades cual bomba atómica. Bomba que exploto y sus residuos están en mi mente para decirte con toda certeza que no todas las cosas son ciertas, para acostarte tranquilo en la cama hecha nube, debes observar bien ya que soy la bomba.
Dabo Osorio