martes, 29 de agosto de 2017

Aprendí a dejar ir.

Es cierto lo que dicen tus abuelos
de que el tiempo lo cura todo
y no, no es una frase absurda
rebuscada en un cajón lleno de naftalina
o de ecos repetidos y guardados en las selvas de concreto...
Caminas a forjarte una identidad,
una rutina, un lugar en el mundo y
las reglas de tu propio mundo
eso conlleva a encontrar
muchos caminantes más
algunos amores,
algunas ilusiones,
algunas aventuras,
algunos amigos (algunos cercanos, algunos momentáneos)
todos vamos y venimos
acumulamos recuerdos,
basuras, daños, engaños, pasión,
sonrisas, desconfianza,
apatía, rudeza
y todo lo que nos hace sentir vivos...

De la nada tú ya no estás,
te disfruté cuando éramos pubertos
entre adolescentes inexpertos a todo
así éramos…
conocedores de la nada
conocedores de ganas, de muchas ganas
pero volviste una vez
y no fue lo mismo
tuviste tu etapa
y no evolucionaste
yo fui leal pero buscaste algo más
¡Cambiaste!
Y es normal,
yo por mi parte prefiero quedarme
con el recuerdo de lo que para mí
fue tú mejor versión.
No compartiré más mi risa,
cultivare a los que siguen conmigo
no sintiendo culpa por olvidarte,
porque al viajar a épocas pasadas dentro de mí
eres parte de eso.

Aprendí a dejar ir
A construir para que todo perdure
sin esperar que se destruya,
sin esperar nada a cambio.

De buenos recuerdos ser parte
de recuerdos con rostros y sonrisas grandes
de aventuras y falsas palabras
o de los misterios de aprender a patadas…
De seguir entre los míos, con los mejores
es lo importante, es lo que hago
es dar sin recibir como decía mi abuela
sin recordar muy bien
cómo sucedieron nuestros encuentros,
las exageradas carcajadas
pero créeme no quiero
que nos topemos nunca más
y si alguna vez pasa
una mueca de saludo recibirás
porque yo sé que me recuerdas,
siendo la indiferencia el estilo de nuestros pasos.

martes, 22 de agosto de 2017

Dudas.

Ahora es cuando llegas
después de mucho tiempo
ahora es cuando siento que la herida nunca sanó
o nunca hubo herida
ahora es cuando me analizó
y siempre fue misterio...
Un misterio fue lo nuestro.

Pasaron muchas noches repletas de placer,
pasaron las horas lentas en su haber,
pasaron por mi complacencia y de tus partes,
pasé por ti pero no dejé huella y
pasaste por mi dejando un gran
herida que repito, sigue ahí sangrando abierta...
Salvamos las almas que alrededor
buscaban en nuestros escombros su placer
ganando y afilando sus bocas
sus hediondas salivas
metiches
chimbos e infelices.

Dudas de todo lo que pasó
dudas por lo que pudo pasar
dudas frente a mis ojos,
dudas de ti
pero los planes fueron otros,
los otros hicieron de sus
palabras nuestros pasos
y aunque abierta mi herida está
por sufrir sin causas y efectos
yo no dudo, en mí no hay dudas
siendo este el mejor adiós
cuando el morder tus labios
en la intimidad de la luna llena
fue la sentencia final.

sábado, 19 de agosto de 2017

Eres mi pensamiento en la madrugada.

La sentencia de una locura
llega cuando piensas en lo imposible
llega cuando repito tu nombre y éste
hace eco dentro mi habitación,
así logro imagina que respondes mis susurros
pudiendo claramente dibujar tus labios
en una de las paredes,
beso aquel dibujo y me desplomo...
Adentrándome en mis sueños
camino por un largo y estrecho pasillo
donde a medida que camino
los focos de luz explotan
dejando tras de mi
oscuridad absoluta.

No entiendo nada pero entre más lejos
escucho tus voces en cantos
estoy más cerca de estar junto a ti.
Llegué, volteas para verme y
explota tu cabeza
salpican sesos y sangre sobre mí
y despierto.

Pongo mis pies en el suelo,
duran un rato ahí estancados
me levanto y desvarío con esfuerzo
llevo a lavar mi rostro
a punto un colapso nervioso
rápidamente llego a mi cama
rápidamente tomo algo con olor a ti
rápidamente me emociono de nuevo
rápidamente cierro mis ojos
sé lo que mañana pasará...
Pasaremos entrelazados en caricias,
ritmos cardíacos acelerados
cual ritmos de carnaval
sudando como un gran diluvio
pero justo ahora no sé nada de ti
yo sonrió
visualizando morder tus labios carmesí.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Yeyera.

Encontré el desorden de mi orden
en un lugar que no era el mío
en un espacio lúgubre
en donde no llegaban los rayos del sol
a la hora más brillante...
Quería que los rayos iluminaran mi cara
sentir el calor de afuera, de al rededor, de algo
pero mi ojos siguen cerrados
dentro de la penumbra.

Todo pudo parecer trágico,
sólo fue un sueño
y cuando despiertas
la realidad es peor
no es oscura, no es lúgubre,
es brillante, colorida y abrumadora.
Abrumadora sensación entre mis iguales
en que todo está perdido,
en que se camina para sobrevivir,
en que no hay esperanza (quizás),
en mentiras, tragedias, desidia, descaro, hambre, sed, injusticia
en preguntar a gritos: ¡¿Hasta cuándo Dios?!
Y sin siquiera sentir una brisa del viento como respuesta.
Ahora todo pesa más fuerte
sobre mis hombros que ayer;
mi ansiedad y mis nervios bailan tango
para procrear la paranoia constante
entre cada situación,
entre cada grito trágico,
entre la zozobra y muchas lágrimas...
A lo que nadie está exento hoy.

Aunque sacies tu hambre
quedas más hambriento,
aunque sacies tu sed
quedas más sediento
y algunos rostros quieren más poder
y algunos son los codiciosos escondidos en las sombras
y algunos usan armas excitados muy felices al accionarlas
y algunas las muertes de inocentes,
muertes tristes, atroces, lamentables, repudiables...
Y algunos somos los otros inocentes
que sufrimos pero con la frente muy en lo alto
y algunos somos los otros que desbordamos
una esperanza ciega, positiva
y algunos somos los otros que trabajan
sin desfallecer a pesar del atropello
y algunos otros tantos come flores
dentro del jardín en donde
esperaremos que todo esté mejor.

Siempre llenos de despedidas,
siempre llenos de odio,
siempre llenos de rabia, fanatísmo, injurias
siempre cambiantes, positivos, abiertos,
siempre ciegos, decididos, con sueños...
Respirar hasta que pase,
respirar hasta sane,
respirar hasta que sonrías
en la simplicidad de los detalles
en la comodidad de tu propio ser
en que a pesar de la oscuridad
nadie puede robar tu esencia
y sí es complicado
y sí uno siempre está agotado
y sí no creemos en nada
y sí ya no creemos en nadie,
esperar lo inesperado o quizás lo esperado
ya no sabemos cómo resolver
el caminado.

Con tantos pensamientos
en constante rivalidad
la yeyera en mi cuerpo
lo maneja a cabalidad,
y
con tanta inestabilidad
yo no me voy a enfermar.