Entrar a otro ciclo
entrando a otro año,
con el mismo caos
con otras circunstancias
con otras consecuencias…
Todo sigue delicado,
todos tan agobiantes dolientes
como todos ahora iguales
pero sin igualdad
del único logro
que se mofan
los esbirros
combinados de rojos y verdes olivo.
Ahora despido a cada fraterno compañero,
llevándose un poco de mí consigo
ahora las palabras hirientes
e
insultos viscerales
son más frecuentes
porque ni la brisa fría
de mi montaña calma
lo duro del día a día
en esta patraña…
Días y días
con los caminantes autómatas
en entornos decadentes
aquel
que sonríe obligado
que vive obligado,
con uñas y dientes
capotea todo mal
y es que nuestra felicidad
no llega cada mes en una linda caja
(ni eso es felicidad).
Barbaridad y absurdas explicaciones
de forma masiva
se repiten a cada hora
por adoctrinar
entre el rancho y la dependencia
son el patriotismo que profesan.
Ya el tema cotidiano
no es el chisme del que vive al lado
ya hay escases de besos,
sentimientos y abrazos.
Ya no hay orgullo
por el trabajo bien realizado
porque cada riqueza presumida
es robada
en descarada culpabilidad de otros,
ya hoy sólo queda respirar
y ver al cielo quizá,
cuando en la noche las lucen
sin avisar se apagan
para mi, para ti y para todos
sin un fin…
Aquí hay palabras y desgano,
aquí hay hambre en todos lados,
aquí hay ironía que pega fuerte y
sangra,
aquí hay muchas lagrimas
que por minuto una madre derrama
aquí hay sueños que se desquebrajan,
¡Duelen!
Aquí hay ganas, pocas, llanas…
De nuevo miro mi espejo
mi rostro, ese reflejo
percibiendo
mi espalda ancha, pesada
tranquilizándome y adentrándome
a mi surreal mundo
descubriendo una vez más
que…
¡Aún tengo la capacidad
de enfrentar tu ira!
Esperando ver el fin
de toda la mala burla
siendo cíclica la
historia de nuestros días.