miércoles, 14 de marzo de 2018

Nunca.


He escarbado
lo que entierro del pasado
allí siguen todas las púas que me hirieron
allí están todas las horas perdidas
en ellas ni un reflejo de alegría…
Intentando quemar y hacer cenizas
Allí está mi necesidad.

He intentado besar
(con frecuencia nula y austeridad)
Besar y descubrir
besar y morder
besar y quizás sentir,
besar y vivir
besar los carnosos tuyos
besar aquellos picaros
besar otras mieles;
besar y no recordar
besar y pecar
besar, reventar y sangrar…
Nunca ha pasado
mi boca es desértica
boca seca,
boca árida,
boca maltratada
labios inútiles
labios agrietados
labios vacilantes,
labios enfermos
¿De qué me estoy perdiendo?

He caminado tanto
que los años pasan
pero no paso por ellos.
Arriesgar un miedo para igual perder el vuelo
Sin ganar ni un beso de consuelo,
nunca ha pasado.

Sigo escarbando
cada daño arrinconado
en el pánico
en lo imposible
en incomprendidos abrazos.
Dejo todo a un lado
Y entro a mi ‘yo’
dentro a un cuarto de tantos reflejos
cada uno un espejo dentro de ellos
cada ‘yo’
dentro de cada rostro con cada edad
y aunque no tenga cien
tratando aún de llevar
mi juventud a flor de piel,
no hay labios para usar
ni boca para husmear
dentro de mi voz
hay una risa vibrante
y no hay nada más
¿De qué me estoy perdiendo?

Parpadeo muchas veces
esperando siempre por el destino
con tarot, café y cigarrillos
con apatía, amarga simpatía
no quedando más remedio
que invertirle olvido al recuerdo
o
recordar, revivir y entender
cortar quemar su raíz
y
aunque nunca nada pase
yo sigo estando en pie.