sábado, 8 de abril de 2023

Comedido.

Mis características imaginativas se desbordan en una frustración latente y sorda,
frustración acompañada y con carisma, sin titubeos y con amargura residente…
Ignorante importante de los placeres,
no sirvo
y no vengo a escribir de mis imaginarias formas de besar,
solo se usar la boca para cepillarla y más o menos hablar
pero estoy tranquilo,
si veo más ánimos bajos acurruco mi cuerpo y duermo bien pleno;
ahí me salvo.
 
Seré en tu vida uno más
uno más en tu juego
pero para tu incredulidad,
ese juego yo no lo se jugar
y no hay decepción dentro la percepción
porque desde mis primeros parpadeos
ya sabes que no estoy a la altura de
tus propuestas y grandes sonrisas…
Puedo imaginarnos, pero estamos en tiempos irreales.
 
Si mi estomago llega a rugir por algún sentimiento atorado,
con semillas de lechosa y aceite
lleno mi boca rápidamente,
y su fastidioso sabor amargo
es lo que imagino que sería el sabor de mis palabras, de mis besos y abrazos,
y si aquel mejunje hace efecto
cualquier parásito es expulsado
y así tiene que salir todo lo que tengo guardado,
para que no salgan de mis poros muchos olores putrefactos.
 
Ya estoy viejo, igual de tonto e igual de quebrado
no ando en bus, ando a pie
pero no me quejo,
o a veces sí,
sí en mi recorrido las nubes retumban y llueve
y no puedo escapar de sus punzantes gotas si el diluvio viene;
pero me acostumbro
porque es importante fijar rumbo
y tengo derecho a descansar.
 
Del respeto aprendí bien
para contener la impulsividad que delata mi falta de mundo,
mi encierro y cada complejo,
he juntando mis manos al cielo haciendo símbolos de esperanza
pero allí quedan…

Soy una persona comedida,
tranquila y asustada que solo habla cuando tiene que hablar,
cuando siento que puedo aportar y seré interesante de escuchar;
soy bien comedido ante lo ajeno
y por eso no me como las uñas ante cualquier adversidad.

Razoné.

Cuando veo la inmensidad de tu ciudad,
del recorrido de tus pasos, de tus adentros rutinarios…
El pánico salta sobre el corazón
acelerando el esfuerzo, retumbando mi mente ya alterada.

No sobreviviría aún apretado de tu mano
y aún cuando mi sol me llame a la aventura
sigo siendo el mínimo múltiplo incapaz…
Nunca voy a ninguna parte, solo sueño con ello.
 
Soy desconsuelo.

No te puedo ofrecer nada, ni en las noches frías abrazar tu cuerpo,
no puedo ofrecer los besos sorpresivos que acostumbras a dar,
mis labios se acostumbran a saborear mis gargajos y algunos caramelos
que agrietan y resecan su forma…
Sales y escuchas tus sonidos favoritos,
yo no puedo ofrecer la compañía en esos sonidos,
si salgo a la calle soy el perro desorientado entre tanta magnitud,
soy el aburrimiento al que tú siempre le huiras…
Soy el tome el café aguado y muy dulce
que cuando habla no pueda mirar directamente a la cara
del receptor…
Soy pequeño y no como hormiga atómica porque tampoco soy fuerte…
pero de mi parte siempre recibirás las mejores felicitaciones
porque me gusta los logros celebrar.
 
Aún doy razones por las que justifico mis sin sabores,
razoné las formas de mis quebrantos y llantos,
razoné las incapacidades y el arrepentimiento,
si te arriesgas siempre pierdes,
por lo menos así se siente desde este lado de la tierra ultrajada,
razoné tanto que tropecé y mi mano izquierda raspó su piel;
dolió y continúe

Soy el mismo estúpido que se atora con su propia saliva
por creer que es pésimo hablar de lo que me hace mal
pero por sobre todo soy aquel que siempre velará por ese niño
adentro mío,
ese que se maravilla por unas nubes,
por unos trazos en lápiz y en colores,
por historias ajenas,
y por soñar despierto,
razoné y la ridiculez solo por hoy,
no me vino a visitar.