Comedido.
Mis características imaginativas
se desbordan en una frustración latente y sorda,
frustración acompañada
y con carisma, sin titubeos y con amargura residente…
Ignorante importante
de los placeres,
no sirvo
y no vengo a escribir
de mis imaginarias formas de besar,
solo se usar la boca
para cepillarla y más o menos hablar
pero estoy tranquilo,
si veo más ánimos
bajos acurruco mi cuerpo y duermo bien pleno;
ahí me salvo.
Seré en tu vida uno
más
uno más en tu juego
pero para tu
incredulidad,
ese juego yo no lo se
jugar
y no hay decepción dentro
la percepción
porque desde mis
primeros parpadeos
ya sabes que no estoy
a la altura de
tus propuestas y grandes
sonrisas…
Puedo imaginarnos, pero
estamos en tiempos irreales.
Si mi estomago llega a
rugir por algún sentimiento atorado,
con semillas de lechosa
y aceite
lleno mi boca rápidamente,
y su fastidioso sabor amargo
es lo que imagino que
sería el sabor de mis palabras, de mis besos y abrazos,
y si aquel mejunje
hace efecto
cualquier parásito es
expulsado
y así tiene que salir
todo lo que tengo guardado,
para que no salgan de
mis poros muchos olores putrefactos.
Ya estoy viejo, igual
de tonto e igual de quebrado
no ando en bus, ando a
pie
pero no me quejo,
o a veces sí,
sí en mi recorrido las
nubes retumban y llueve
y no puedo escapar de
sus punzantes gotas si el diluvio viene;
pero me acostumbro
porque es importante
fijar rumbo
y tengo derecho a
descansar.
Del respeto aprendí bien
para contener la
impulsividad que delata mi falta de mundo,
mi encierro y cada
complejo,
he juntando mis manos
al cielo haciendo símbolos de esperanza
pero allí quedan…
Soy una persona comedida,
tranquila y asustada
que solo habla cuando tiene que hablar,
cuando siento que puedo
aportar y seré interesante de escuchar;
soy bien comedido ante
lo ajeno
y por eso no me como las
uñas ante cualquier adversidad.