domingo, 13 de agosto de 2023

Sanar.

De la imperfección
encuentro mi cuento contento,
porque veo a lo lejor
a aquel niño soñador,
porque siempre hablo de los sueños
porque sé que allí radica
la esperanza, la fe y la luz.
 
Pueden mis angustias
y pueden mis miedos
y puedo ser víctima de mi propia persona,
pero puedo sanar.
 
Quiero comprender con gigantes
bocanadas de curiosidad,
cualquier misterio mundano,
quiero comprender con bastante atención
en los detalles,
la complejidad en los actos y en las mentes
de algunos a mi alrededor…
Comprendo que cada quien
es capaz de actuar como mejor le salga.
 
Comprendo que a veces la vulnerabilidad
está mal vista,
comprendo que quiero abarcar todo
porque creo perder el tiempo sino lo intento…
Quiero comprenderme a mí.
 
Puedo estar roto y sonreír
puedo estar angustiado y cumplir
puedo estar tenso, y seguir
puedo, pude, podré… Sanar.
 
La dificultad inunda todo sentido y fuerza motriz,
La dificultad solo deja ver el mismo rasgo carcomido
por los años,
rasgo carcomido sin valentía,
rasgo carcomido inutil
de mi inferioridad
de mi fealdad
de mi vergüenza
de mi cobardía
rasgo carcomido inutil
que sí recuerdo como lo creí
y tarde lo dejé avanzar.
 
Puedo estar roto y sonreír
puedo estar estar angustiado y cumplir
puedo estar tenso, y seguir
puedo, pude, podré… Sanar.
 
Ya luego, lo que cura el tiempo
son las nuevas determinaciones
y
aunque del desamor
este encantado y no lo viva,
hay más musas para
regocijar mis palabras.
 
Sanar y recobrar
y descubrir
y desligar
y estar genuino y sereno
así se cuele la nostalgía…
Estoy sanando
por mi, para mi, para aquel David cual niño feliz,
estoy protegiendo eso
y aunque a veces caiga
y aunque se desconsuelen algunos momentos
me levanto,
sacudo el polvo,
miro fijamente al firmamento
con su meta
porque puedo,
porque pude
y
porque podré sanar
cuerpo, alma y mente.
 

Pensativo.

Pensativo y constante
pocas veces delirante,
aclarando los ojos e igual mi mente...
Soñando con por fin verte
estando lejos te distingo
aunque a veces estés distinto,
sigo estando contigo, en nuestros pensamientos.


Y es amando cada versión nuestra
estamos aquí y ahora
y es agradeciéndole a lo supremo
a Dios, al cielo y el universo entero
que seguimos suspirando,
que seguimos caminando,
que seguimos sudando,
seguimos soñando, riendo y sintiendo.


Hoy no estoy tan melancólico como ayer,
tampoco estoy molesto como el jueves,
estoy para estar contigo por nosotros;
juntos cohabitando el mismo cuerpo y mente.


Nos tenemos,
nos queremos,
nos amamos,
nos peleamos...
Es amando cada versión nuestra 
que hemos llegado a donde hemos llegado
y nos falta llegar más lejos
con todo y este poema carente de pimienta
dedicado a ti que soy yo,
tengo que sacar todo mi ser
pensativo.

Cree fantasías al oír tu voz.

Volvemos y jugamos con el recuerdo
pero
no recuerdo nada porque no te toqué
porque no te olí
porque no te sentí
pero sí te oí.
 
Volvemos a repetir y caer en lo común,
en lugares comunes,
yo me niego,
porque es mi rasgo característico infantil
con que finiquito mi apego
porque desde el año pasado
tu manejaste el desapego
en su punto perfecto;
justo y con razones.
 
Tengo que tener cuidado con lo que deseo,
deseo tus abrazos,
deseo tus besos,
deseo aventuras a tu lado,
pero
al tiempo no le importa
cual deseo se queme en el fuego
de mi voluntad
y
a lo mejor tu piel no compagine con la mía
y
a lo mejor tus noches no quieran mi compañía.
 
Nada es malo,
por lo menos tus ojos no fueron ajenos a mis muecas
por lo menos mis suspiros no molestaron en tu ambiente
por lo menos no se fueron tus palabras con mi encanto,
y aquí,
repito,
y aquí en mi pecho aún habita el sentimiento
que a veces fuerte, a veces débil, a veces denso…
Cultivando el vínculo que yo mismo cree
porque mi convicción es igual de fuerte ahora y siempre,
aunque nunca sepa cómo sientes realmente,
ni tus pensamientos transcribes,
supongo que muy bien te arropa el viendo
mientras yo aquí…
Creo fantasías al oír tu voz.