martes, 17 de abril de 2018

El llanto ahogado.


Cada inconformidad
se paga con suspiros de lamentos,
lamentaciones, inquietud y desgano.

No puedes huir aunque quieras,
no hay razones ni contemplaciones
en un país con contradicciones
¿Tanto sufre el que se pudo ir como los que soportamos calamidades aquí?
¿Es igual, es peor?
No sé,
cada universo entre cada sonrisa gastada tiene sus respuestas justificadas
y cada salida
y puesta de sol
es otra oportunidad
para que mi alimento
suba el valor, se estallé
y
no logre esta noche
mi estómago llenar…
Es otra oportunidad
(para los pajudos de siempre)
de mentiras,
de desquebrajo derrumbes,
de nulidad en fé,
de trágicas historias,
de despedidas improvisadas,
de un terror que no asusta
porque
de noche las estrellas nos amparan
de puras patrañas
sin asumir que son los dueños del caos…

Pero la vida continúa
cada flor renace y florece
dentro de un rostro etéreo,
los elementos continúan evolucionando…
Respirar, mientras tus tripas crujen
porque
si tu vacío vibra
tu salud se debe mantener
(con poco pan y agua)
así la piel no proteja tanto tus huesos
hay que mantenerse en pie
sin que la locura penetre
la sabiduría que obtuviste.

Hicimos todo lo posible,
rugimos, usamos garras dientes,
sangre y corazón,
¿Qué más quieren de todos nosotros?
El poder nos deja sin fuerzas
y hay cada irónico
que en sus bolsillos
aún puede capotear la tiranía,
siempre y cuando
esté algunos pisoteando.

He ahogado mi llanto
porqué aunque quiera
saldría de mis ojos arena;
quizás este sentando esperando…
pensando de nuevo analizando.
No hay ayudas,
de mí mismo encuentro alguna;
habiendo muchos caminos
y
mis piernas flojas
están dispuestas a caminarlos todos.
Aún mis débiles puños
están dispuestos a luchar,
con tranquilidad espero todo pueda cambiar
mientras cada segundo día
mis lágrimas (o lo que salgan de mis ojos obstinados)
decoren mi rostro afligido y agotado.

La otra fase del deseo.


Cuando surges repentinamente en mi imaginación. Cuando sin que nada nos compete… Recuerdo en ti aquella tarde, entre un café diluido en mucha agua con pocos pistachos como hielo del ártico. Una piel morena camuflada en cacao, dulces brazos delicados y labios acomplejados pero majestuosos al besar.

La osadía del mañana en que dejo mi inquietud para adornar tu espera. Con el calor no habitual de mi pequeña ciudad, las charlas son un punto focal a las ideas compartidas; de viejas experiencias y de un largo sueño de tenerte junto a mí.

La ideología y fanatismo ciego forma parte de ti como un racismo diluyendo todo afecto en una crítica aberrante al estado radical que está contigo hoy… Viéndote lejos con una lagrima cayendo por mi ojo izquierdo.

Sin pensar en un instante de mi olvido hacia tu piel, recuerdo caricias cada día al amanecer con una rima cliché. La otra fase del deseo empieza cada tres días a la semana dejando mis manos cansadas por todo tu olor recibiendo tus huelleas.

Quizás algún día vuelva a verte tan habitual bórax en palabras como antes, sin llegar a desobedecerme. Una exploración a tu enorme figura repitiendo mi mente las pesadillas ambiguas con el toque de pasión ya antes vivida con las carcajadas de tu humor sostenidas entre escenas, ¡Valiente la hora del amor fortuito!

lunes, 2 de abril de 2018

La tercera persona.


No puedes dormir,
de madrugada deambulas
obligas a tus ojos cerrar
pero un pensamiento
logra tu mente fastidiar…

De tu inseguridad
yo soy dueño,
soy tu sombra, tu oscuridad
conozco tu secretos,
conozco tu incapaz riesgo…
Te quedas dormido
bajo un intenso sol
ya hueles a carne seca
te pudres y al anochecer te fastidias;
vuelve una vez al mes
esta ruin rutina.

Chasqueas los dedos
y todo desaparece,
¡Fácil!
Ahora logras dormir
pero soy tu pesadilla
y no te dejo sentir
acuérdate… somos el mismo;
soy tu enemigo y nos conocemos bien.

No crees que alguien
Pueda de ti gustar
(incredulidad reinante)
pero idealizas a quien pudo decir eso,
¡Qué locura!..
No te crees tus logros
pues le preguntas al destino todo,
idealizas al que contigo tiene una mirada
idealizas sus futuras e imaginarias conversaciones
desde tu solitaria cama
¡Qué imbécil!
Inventas ocasiones, sonreír a la nada
derramando cualquier pizca de alegría.

Fatigas tus deseos
a tus manos ya le salen pelos,
tu columna echa raíz
y como tronco se endurece.
De la soledad
amas su frío, amas su neblina,
amas lo gris que cubre la cima.

¿Y ahora qué pretendes?
Jugar,
experimentar,
juguete, experimento
sujeto desolado,
amargo escribano
ya no te queda llanto
así que no lo intentes
ya no te quedan gritos
voz no tienes
pero conversa tus puños…
La humillación, no te dejes
con tus nudillos rojos
derrumbas jetas enemigas,
palabras hirientes
y aunque yo: tu inseguridad
en ti reclame mi trono
del que dé pie quiere mirarte
por encima del hombro;
no te dejes
¡Golpea, destruye, derrumba!

Nuestras cuentas
son de historia
son recuerdos,
son batallas
de fe, amargura y sentimiento…
Hoy puede que te deje dormir
ya mañana huirás de mí
y
mientras no me derrotes
yo sigo envenenando
tus lados
impregnando tu imbécil andar.