No puedes dormir,
de madrugada deambulas
obligas a tus ojos cerrar
pero un pensamiento
logra tu mente fastidiar…
De tu inseguridad
yo soy dueño,
soy tu sombra, tu oscuridad
conozco tu secretos,
conozco tu incapaz riesgo…
Te quedas dormido
bajo un intenso sol
ya hueles a carne seca
te pudres y al anochecer te fastidias;
vuelve una vez al mes
esta ruin rutina.
Chasqueas los dedos
y todo desaparece,
¡Fácil!
Ahora logras dormir
pero soy tu pesadilla
y no te dejo sentir
acuérdate… somos el mismo;
soy tu enemigo y nos conocemos bien.
No crees que alguien
Pueda de ti gustar
(incredulidad reinante)
pero idealizas a quien pudo decir eso,
¡Qué locura!..
No te crees tus logros
pues le preguntas al destino todo,
idealizas al que contigo tiene una mirada
idealizas sus futuras e imaginarias
conversaciones
desde tu solitaria cama
¡Qué imbécil!
Inventas ocasiones, sonreír a la nada
derramando cualquier pizca de alegría.
Fatigas tus deseos
a tus manos ya le salen pelos,
tu columna echa raíz
y como tronco se endurece.
De la soledad
amas su frío, amas su neblina,
amas lo gris que cubre la cima.
¿Y ahora qué pretendes?
Jugar,
experimentar,
juguete, experimento
sujeto desolado,
amargo escribano
ya no te queda llanto
así que no lo intentes
ya no te quedan gritos
voz no tienes
pero conversa tus puños…
La humillación, no te dejes
con tus nudillos rojos
derrumbas jetas enemigas,
palabras hirientes
y aunque yo: tu inseguridad
en ti reclame mi trono
del que dé pie quiere mirarte
por encima del hombro;
no te dejes
¡Golpea, destruye, derrumba!
Nuestras cuentas
son de historia
son recuerdos,
son batallas
de fe, amargura y sentimiento…
Hoy puede que te deje dormir
ya mañana huirás de mí
y
mientras no me derrotes
yo sigo envenenando
tus lados
impregnando tu imbécil andar.