sábado, 1 de diciembre de 2018

Tres reflejos de la misma cara.


Hubo libido (cuando la sangre hervía)
pero no brotó, ni salió, se asfixio,
nadie lo sintió.

No saldrá ácido entre tu cuerpo y el mío
el sudor baja de otra manera
de rutinas, de smog
y la fiebre rompe cada nervio y cada hueso…
Enfermo.

Hay alguien (yo) que no conozco,
no ha nacido,
existe en otro plano
¿Te he hecho algo mal Dios?
No me diste fuerzas,
solo pasos gigantes como los asteroide golpeando tierras
para esquivar para no enfrentar
y el viento sopla y me arropa sin estar contento.

Lavando mi cara
el agua caliente abrillanta mi mirar
y el reflejo del espejo
me enseña lo que soy y no he hecho,
lo que soy y quiero hacer,
lo que soy y no puedo hacer,
lo que soy y no puedo sentir,
lo que soy y no sé controlar,
lo que soy y lo que odio dentro y encima de mí
todo está quedándose ahí
en ese reflejo.

No se trata de nadie,
ni del viento
ni de la basura del centro (mi cuerpo)
ni de lo perdido o los abrazos llenos…
Me he quitado cada trozo
y resistido y revestido
ya mas tranquilo
quiero fumarme un cigarro
y
dormir hasta despertar una vez por mes.

Pensé
cuando mi sangre caliente se desbordaba
(pasado)
todo tomaría el curso excitante de la aventura,
pero ahora
se siente la herida
con mis manos saladas consolando el masoquismo
(presente)
y
el blanquecino mirar de mi presente
espera a dibujar diferente
aunque creo que vivirá allí la penumbra
(futuro).

La risa pasada,
el pensamiento presente,
el llanto futuro,
tres reflejos de la misma cara…
Hay molestias por lo que
no puedo controlar
no hay agua de pureza que quite la sed.

Ni estás ni sé hablarte
(no creo que pueda hacerlo),
no me gusta nada en mí
y como flores rancias
quemando mi piel al sol.