Tengo diferentes formas de vivir el insomnio,
estancado en pensamientos sin respuestas
y otra parte de mí
estancada en determinaciones de lo que quiero
queriendo,
eso es simplemente sencillo…
Desde el enfrentamiento acérrimo a la ansiedad
como también el nervio obsesivo al futuro
mientras me desvanezco en el aburrimiento.
Estoy maltrecho pero no por mí, no,
sino por las circunstancias ajenas de la nación
bananera.
Hasta ayer, y te escribo a ti si es que lees,
envidié tus alas abiertas al caótico mundo.
Yo desde el caos de la oscuridad temprana
impuesta,
tu desde tu culto al cuerpo, a los cuerpos
donde te la pasas sentado sudando sobre cada
cuerpo que te provoque
disfrutas de la euforia y la lujuria con vino en
mano y
luego tu boca cerrada.
Ya no nos conocemos,
nuestra última conversación estuvo latente en
2009
yendo y viniendo,
llenando las bocas de prejuicios
ilusionado con tu sonrisa y delicadeza.
Te escribo para olvidar, no te creas algo más,
qué de por sí ya sólo eres más,
una cáscara dorada bella decorada, vacía.
Hasta ayer envidié los efectos ajenos,
entiendo la parte del riesgo y la ganancia
ligera en probar para tener anécdotas que contar.
Hasta ayer sucumbí al creer que nunca iba a
poder,
que besar era para valientes,
que siempre me iba a caer…
Exageré porque es fácil así
y
es parte de mi vivir venciendo al final.
Ya hice las cuentas y con los dedos de mi mano
izquierda
estoy señalando lo interesante en 2019…
Aún no culmina y sigo esperando cosas buenas,
ya no me escondo debajo del fregadero
y
no veo desapercibido a los caminante a través de
mi ventana,
ahora salgo y voy a buscar aquello que quiera.
Hasta ayer, hoy y quizás mañana
revise cada jugada, cada paso ciego,
cada impulso, cada verborrea y cada swing
festivo.
Las gracias por todo y por nada, las muecas y
las imaginaciones vuelan,
solas comen regocijadas en tu desnudez,
cerrando mis ojos estás ahí otra vez.
Soñé contigo y tú estás sin mí, como es
costumbre…
Las luces se volvieron a encender,
no es lo usual pero sigo pensando,
pensando sobre todo en la tranquilidad y su
fragilidad.
No voy profundo, voy atento al recorrido…
Cuando es hora de dormir, dudo si puedo
conciliar rápido
casi, casi caigo de cansancio esta noche.
Durmiendo, dentro ahí de mi sueño
me decidiré en no buscar más,
si el amor llega, llegará.
Justo ayer soñé que luchaba con macacos…
Macacos negros con dientes afilados, salvajes y
armados
atacando todo porque sí
resumo mi miedo allí.
Último trago de cordura antes de dormir…
Casi por completo vacío el gusto lujurioso por
varios amores platónicos inservibles,
bonitas las miradas pero ya tengo suficiente,
ya dejé ir.