Situación de dos cuerpos atraídos por el físico y apasionados por describir que aquella persona es la completa y la indicada para forjar un beso desgarrador, llega el momento de aquel encuentro que nuestro labios anhelan. Todo se confabula para que sea algo inesperado, inimaginable he inolvidable. Cosa rara volví a soñar.
El síntoma del mudo se apodera de mi mente para que cuento estés en frente no salga ni un aliento indebido, solo agacho la mirada y con ella se me van todas las ganas y ese valor que aun no sale de aquella cárcel de timidez donde lo tengo encerrado. Los días pasan y no quiero ser el perdedor de todas las batallas, lo que parece ser un sueño no lo es, pero tampoco me aferro de lo atareado que ando pienso que todo es irreal hasta tu sales de la nada pidiéndome una oportunidad, no entiendo, no lo logro comprender.
Con una canción de Franco de Vita, canto a todo volumen y tu te me apareces por detrás diciendo: -¡No cantes más!. Apenado y con la piel de gallina por aquella pena que pase, pero me basto con eso para romper las cadenas de la timidez y decirte o más bien pedirte poder hablar en privado contigo. Así paso.
Ahora con un resumen muy franco de los acontecimientos que me han sucedido, llego la imagen, llega el momento del encontronazo de nuestro labios y ahora si que no lo estoy soñando. La piel de gallina explota con todo y el sabor de tu boca, ahora las gotas de sudor trasformados en pasión, forjan lo que tanto quise y ahora tu quieres, eso es lo que uno puede llamar amor por ahora dejemos el te quiero disfrazado de ilusión y este juego infantil que nos hace muy feliz.
Dabo Osorio