miércoles, 30 de septiembre de 2020

Urgidos.

No estaba conforme con mi capricho
súbitamente de la nada
ahora resulta que no dejas de inquietarme
no dejas de gustarme,
no estoy muy claro si es obsesión o mera distracción
pero sí, es una distracción
porque no me canso de buscarte,
es una pieza en mi colección de arte,
no estaba muy seguro si eras lo que sospechaba
eres la calma en tus andadas
y aún no describo tu mirada
pero en esta historia somos tres
y uno de nosotros no puede tenerlo todo
en esta historia breve y pandémica
en esta historia aburrida y desgastada
en esta historia voyerista y predecible
en esta historia mal escrita y olvidada…
puse mis ojos en tu ser y ahí hay testigos del deseo,
puse mis ojos erróneamente en ti
y me culpo por ello.
 
Te desgastas en el afán
de ser el centro,
de ser el todo con voces intranquilas,
de ser de la lujuria un rey sin sinfonía,
de ser esplendido en halagos y de falsa educación,
de ser picaflores, de ser tan atorrante
que tus manos coloradas mienten por ti
mientras sigas quemando tus brazos en el sol.
No te niego mi fijación,
no te niego que te sigo en cada rastro de tu rostro,
no te niego que esos labios tuyos merecen ser rostros por los míos,
no te niego que quiero sentir y ver algo más,
aquellas cosas que el sol se niega en tocar…
Pero todo lo supongo,
el valor de la pregunta cae al vacío del olvido y del rechazo
aunque estés urgido por placer
yo no entro en ese quehacer.
 
Bien, ahora vienes tú tan agradable querubín,
ahora te describo y agradezco de tu ayuda.
No recuerdo exactamente el mes pero sí la hora,
eran las tres de la mañana,
cosas extraordinarias pasan en esa hora,
ahora doy las gracias a ti y a tu elocuencia,
ahora río con tu voz, en esos cantos sin sentido en un idioma no dominado.
Dominante, eso eres en cuerpos ávidos de placer,
eso quieres eso tienes,
es tu esencia,
es tu espíritu…
Dominas con tus ritmos al placer y encuentras allí divino,
dominas tus movimientos y te creo
pero
aún te falta por dominar el sentimiento,
aprende a dominar tu genio, tu tristeza, tus heridas y tu rabia,
tu agonía y la poca desdicha;
abraza la fantasía.
 
Hmmm. Bueno.
Me tocará lo positivo para ustedes,
lo maldito del poeta no vino conmigo
pero
¿y qué tal si fantaseo? Tres personas en un mismo rodeo
o soy las mismas,
tres personas urgidas de caricias,
tres personas urgidas de placer,
tres personas urgidas de consuelo,
tres personas urgidas de algo y careciendo de todo…
O soy yo las mismas tres personas,
con una alcanzo el éxtasis
con la otra grito y admiro el poder de su placer
y la última, que definitivamente soy yo,
ya se le acabó
se me acabó el conteo de las derrotas
llevando con una sonrisa opaca
yo sigo fantaseando
y son escasos los sinónimos
para describir la mala suerte
o
la desdicha alentadora y acogedora
del verse solo.
 
De tres, dos no la tienen perdida
siguen ahí
siguen sonriendo,
siguen sintiendo,
siguen ilusionando,
siguen jugando,
siguen morboseando,
siguen urgidos por carne, sudor y gemidos con uno que otro fluido
cayendo con abrazos, besos y muchas caricias
con otras tantas figuras bonitas que los procuran…
Somos carne aunque queramos el sentimiento.
 
Ah, si... El último que definitivamente soy yo,
ahí estoy, de último
tardío, lento, quedado, estancado, mordaz, fugaz,
asustado de último, vencido, derrotado y deteriorado
pero
urgido y desanimado.
 
¿Quiénes son ustedes dos?
¿Por qué no se conocen y me invitan?
Quiero verlos, de lejos quiero ver
de lejos quiero oír
concluyendo
todos estamos urgidos, deseosos y necesitados,
ya en este mundo infiel, corrupto y falso
carecemos de sinceridad
con la apariencia como reina
al descubrimiento del ser
con las lealtades maltrechas sin importar nada bien
y el ego inflado por doquier,
volvemos a carecer del sentimiento
sentimos limitados
sin escudriñamos lo suficiente,
no hacemos lo suficiente
por miedo del rechazo,
por la humillación,
por la soledad,
aquí abunda el interés por tu piel, tu cuerpo, tu carne, tu placer
y es normal
y es necesario
y es mundano
y es sencillo
y es divino
y vuelvo a lo sencillo,
sin caretas ni maldad
estamos urgidos de placer olvidando el querer.
 
Ustedes que pueden
continúen avivando el fuego y la pasión
que yo ya me voy,
nos vemos luego.