Mi mirada.
Usamos las miradas como parte del coqueteo
quiero que me enseñes
para no estrellarme y caer en el olvido,
temo olvidar como caminar sobre las piedras
temo olvidar cada obstáculo
temo... olvidar...
Usemos las miradas
pues es lo que me queda,
no se hablar de mí sin sacar lo peor,
no se hablar de mí
porque no creo que haya algo interesante
que te interese a ti
pues siempre tengo vacaciones aburridas;
usemos las miradas
pero ten en cuenta que me cuesta mirar de frente
porque el ojo izquierdo se me tuerce.
No creo ser el único
que se haya mirado al espejo
para verse llorar,
no creo ser el único
inseguro que se ha medido su ego,
no creo ser el único
que se haya refugiado en los rezos
para tener alivio,
no creo ser el único
al que no le gusta su propia mirada,
no creo.
Usemos los ojos
y
admiremos los detalles,
yo admiro cada detalle,
vi la combinación de tus pulseras con tu cinturón,
vi el acomodo de tu cabello y ese peinado elegante,
y hace tiempo he visto tu sonrisa
y estoy cautivado.
He imaginado teniéndote de frente
mirándote, mirándote mucho
y no te miento,
mis pequeños ojos
no cautivan en la realidad,
son confusos y tristes,
no son perfectos
como los de otras personas que miras usualmente
desenfrenando tus pasiones prohibidas,
pero
no hay que hablar,
quiero llegar y pararme frete a ti
y mirar y sonreír con mi mirada;
agradecer e irme.
Mi mirada esta adornada
con grandes ojeras
donde se nota el poder del insomnio
sobrepensando, sobrepensando
y sobrepensando,
y eso no es relevante
al momento de mirarte,
y eso no va a enamorarte
y eso no va a conquistarte
ni siquiera estoy cerca,
porque hasta ayer aprendí a picar el ojo
pero
aprovecharé el tiempo
cuando esté, si estoy, si estás, si quieres que esté...
Aprovecharé para mirarte
y contemplar,
con todo respeto sin fracasar
así te repugne mi mirada.