Ya no se bailar.
No conozco tu vibración
ni tu esencia,
ni tu olor,
repetí muchas veces cuando me hablé a mí
que es una locura pensar que alguna vez
podamos coexistir...
Menos mal no lees cada palabra presentada,
antes era extrovertido,
ahora soy tímido, callado y siempre cabizbajo
pero no me abruma tu disfrute
porque he visto el espontáneo entusiasmo
a través de tu canto.
Quiero colgarme de tu hombro,
quiero llegar detrás tuyo y abrazarte
para hacer todo coloquial
porque así nos soñé anoche
y tú disfrutando la noche,
yo ya no puedo hacerlo
se me escapa de las manos
sentir alguna diversión que poco a poco se va pudriendo,
porque no tengo a dónde,
no tengo con qué,
ya mis pies perdieron mis pasos,
ya mi ritmo caducó
y solo ocupo las madrugadas
para combatir las pesadillas.
No creo que sepa bailar,
e irónicamente ese es un deseo persistente,
me encantan los ritmos
algunos lentos y otros movidos,
sudar y disfrutar
de esa pasión
cual niño disfrutar...
Ya no se bailar,
es otra tristeza más,
tengo buena pinta
tengo la presencia acorde
a presentarme en la pista
y aunque nunca me creí galán
por lo menos disfrutaba de mis pasos al bailar,
y extraño ese matiz
tan mío, tan de aquí.
Me alegro que anoche
brillaste y disfrutaste la noche,
sonreír hasta que duela el cachete
sonreír hasta ver la madrugada
sonreír y robar besos,
sonreír y que acaricien bien tu cuerpo
pa' llegar a descansar
por abrazar la noche
con ritmos de libertad.
Ya no se bailar
pero, en algunas madrugadas
al terminar mi llanto o mis pesadillas,
escucho un ritmo
y repito los movimientos que sé
y dentro de mi habitación juego e imagino
para antes de dormir,
hacerme a mí mismo sonreír.
Ya la despertar
con la luz del ventanal
se que por momentos
todo se refugia en sueños,
porque me marchité
sin darme cuenta,
y ya creo, que no sé bailar
pero quiero algún día
practicar los pocos pasos
que me sé a cabalidad.