Casi.
Las probabilidades eran pocas
eran nulas y eran débiles,
aún así yo fui construyendo mi burbuja,
la fantasía bien elaborada alivianando la soledad,
pero
estaba seguro que su fragilidad iba a ceder
así pensara siempre en ti.
Nudos en la garganta,
nudos apretados para no llorar,
¿para qué llorar si ya sabía que pasaría?
Si yo ya sé mi propia fortuna;
y aún así hice de promesas
nuestras charlas y sonrisas…
Quiero ser omnisciente
y saber cuándo cambio todo
aunque también lo sé;
mi apariencia estúpida es una fachada quebradiza de mi
amargura,
y eres carne y fuego de marzo el carnero,
y has devorado y saciado tus pasiones,
dentro de tus largas piernas,
de tus gustos y de tus sabrosos labios
nacieron para ser vividos y mordidos;
no soñados e imaginados,
como a cualquier hora fácil
para irme a lo imposible.
Repetiré que ya lo sabía,
porque la realidad asusta
pero la esperanza motiva,
como aquella electricidad rítmica
que provoca bailar
pero no mentiré,
me alegro y me entristezco en simultáneo
y el pecho se encoge
porque ‘casi’ se desvaneció
como cuando en las flores de mayo nació;
con la ingenuidad de un 2021.
Casi aprendo de tu pasión,
casi desprendo un desenfreno desconocido,
casi jugueteo con tus caderas,
casi vibro al ritmo d tu lengua,
casi miro el color exacto de tus ojos,
casi entrelazo mis piernas con las tuyas,
casi oigo tus suspiros,
casi escucho tus gemidos,
casi río contigo…
Casi te respiro.
Ahora no, y no te vas a negar a otros sabores
que por ahí tienes,
no te vas a negar si el estallido te emociona
de la cabeza a los pies,
no te vas a negar a lo que la lujuria diga,
como yo siempre me negaré…
Casi iba a ti, pero no sabría satisfacer
la perfecta picardía de tu ser.
La boca se me amarga porque insisto en no llorar,
ya sé cómo hacer eso,
irónicamente tengo muchas certezas,
la boca se me amarga porque sé que nunca
te iba a llenar,
la boca se me amarga porque es fácil para mi
la decepción en mí…
Aún puedo ofrecerte un café con pan,
cuando lo que sea que quiera unirnos
así lo permita,
así como llegue a ti,
con mi ingenuidad e infinita inseguridad
te hice reír.
Casi, es la medida donde acudo a la fantasía
porque no hubo casi nada;
distancias muy cercanas,
la misma lengua y casi el mismo clima…
Oye, si escribo mucho,
mucho lo siento,
pero
no me voy avergonzar por eso,
yo no me guardo las sílabas
y
si salgo de tu mente
quiero agradecerte por contribuir al recuerdo,
riámonos de lo imbécil en mí;
mirando con absoluta tranquilidad…
Porque yo pregunto por mi curiosidad,
por tratar de entender, aunque entienda
pero somos individuales
y
gracias siempre.